Lugares, eternos confidentes


Uno de ellos es la portería de donde vivo... Es extraño como un rincón puede tener tantos recuerdos bonitos y tantos sinsabores al mismo tiempo... Pero lo más curioso es cómo en tan poco tiempo llegas a querer y cómo se vuelve de largo el olvido, cómo se cola en tu mente para recordarte cada gesto, cada palabra, cada sitio y cada luna... Recuerdos de momentos y lugares y hasta lunares que se burlan del pasado y preguntan con cinismo si alguna vez nos encontraremos en el mismo lugar para hacer nuevas memorias... Remembranzas que, quizás, serán con otras personas y que si nos llegáramos a encontrar, nuestras miradas chocarían pero nuestros cuerpos seguirían de largo pues como lo dijo el cachorro ya no seremos amigos... lugares que fueron testigos de como una coneja rosa se enamoró de un cachorro que jamás le correspondió...

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