El Boca de Dragón P.2

De pronto, el gran destello de aquel cañón permitió que viera las siluetas de mis amigas cerca al Ciprés mexicano más grande del bosque. Respiré aliviada. Rápidamente me dirigí saltando hacia ellas.


¡BOOM! Este último estruendo fue peor que el anterior. Todos volvimos a caer al suelo. Tomé fuerzas para pararme y salté hasta el Cipré. Otra detonación volvió a tirarnos al piso. Esta vez a un charco que chapoteó en mi rostro. Limpié mis ojos pero al volver mi mirada hacia su posición, ya les había perdido. 

Tendida en el suelo, escuché los pasos de más de 1000 pares de botas negras. Estarían a menos de cinco minutos de nosotros. 
- ¡Protejan a su real majestad! - 
- Es tarde - 
- Se han tomado el bosque - murmuré escuchando aún el marchar de sus botas. Ya perdiendo las ganas pero no la fé, me levanté y tomé mi vestido, salté hacia el viejo cipre en busca de alguna señal de mis amigas pero no las vi. 
- ¡Retirada! ¡Retirada! - Decía el jefe militar. Todas nuestras tropas corrieron a refugiarse

De repente, vi la cola de Atlas ingresar al viejo árbol. ¿Cómo había logrado hacerlo? Ese cipre era de corteza fuete e irrompible. Aún así, corrí hacia su refugio y entré en el viejo cipré. 
- ¡Atlas! ¿¡Rea?! ¿Dione? - dentro, el viejo Cipré yacía vacío salvo por un baúl color azul cielo, el brillo de la noche y los truenos lo mostraba eléctrico. Alcancé a ver sus terminados antiguos y unas llaves antiguas colgaban de su abertura.


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